lunes, 30 de junio de 2008

24 de marzo de 2006: 30.000 razones para seguir luchando



Documento 24 de Marzo de 2006

24 de marzo de 2006: 30.000 razones para seguir luchando

Se cumplen hoy 30 años del golpe de estado de 1976, que instalo la más feroz dictadura que conoce nuestra historia.

Estamos presentes varias generaciones para reafirmar la memoria, para mantener vivo el recuerdo de nuestros 30.000 detenidos desaparecidos, el dolor de tantos compatriotas asesinados, encarcelados, torturados, perseguidos y condenados al exilio. Marchamos para seguir exigiendo el

castigo de los responsables y ejecutores del genocidio, para denunciar la impunidad de ayer y de hoy, las nuevas formas de represión y para seguir luchando por los ideales por los que dieron su vida nuestros compañeros: una Argentina sin opresión, sin explotación y sin miseria.

Reivindicamos hoy, la resistencia y la gigantesca y heroica lucha obrera y popular que se abrió paso desde los socavones de la dictadura, la lucha inclaudicable de las madres, las abuelas, los familiares, los ex detenidos-desaparecidos, y todos los Organismos de Derechos Humanos, lucha que se continuó a lo largo de todos estos años en la pelea incesante por terminar con la impunidad del pasado y del presente.

La dictadura tuvo como objetivo imponer un proyecto de país. Para lograrlo recurrió al genocidio con el fin de destruir las organizaciones obreras y populares, exterminando a los luchadores y sometiendo por el terror al pueblo argentino.

Durante esos años, los países imperialistas, los terratenientes, los organismos multinacionales de crédito como el FMI, los monopolios y los grandes grupos económico-financieros nacionales y extranjeros fueron los

beneficiarios de estas políticas, que profundizaron la crisis estructural de la Argentina y agigantaron la desigualdad entre los pocos que acumulan enormes riquezas y los millones que no alcanzan siquiera a percibir un ingreso mínimo que les garantice la subsistencia. Esto fue así durante la dictadura y sigue siéndolo en la actualidad.

En su declive, la dictadura intentó apropiarse de la reivindicación histórica de Malvinas. Las mismas fuerzas armadas que aplicaron el terror fascista claudicaron cobardemente frente al imperialismo, mientras los

jóvenes soldados combatieron y murieron heroicamente en la defensa de Malvinas.

A pesar de que el terror fascista de la dictadura fue derrotado, las clases dominantes siguieron imponiendo la continuidad de su proyecto económico-social durante los gobiernos constitucionales posteriores.

Cambian los gobiernos, pero continúa el sistema que ha condenado a cerca de 14 millones de argentinos a la pobreza y la indigencia. En estos años vimos surgir la dolorosa Argentina de los hambreados, la de los millones de desocupados y los obreros flexibilizados y con salarios por debajo del nivel de pobreza. La Argentina de la salud y la educación colapsadas. La de la corrupción por arriba y el hambre y el desamparo por abajo.

La Argentina de la impunidad, donde los sucesivos gobiernos ampararon a los ideólogos, responsables y ejecutores de los crímenes de la dictadura y mantuvieron intacto el aparato represivo. Esta impunidad engendró nuevas impunidades.

Pero a la vez creció la otra argentina; la de la lucha y la resistencia popular a todas estas políticas. Esta lucha tuvo un punto de inflexión en las heroicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, que sacudieron la argentina hasta sus cimientos. La oleada de piquetes, puebladas y paros que se venían sucediendo desbordó en esas jornadas en las que el pueblo se volcó a la calle porque no estaba dispuesto a soportar otro estado de sitio, ni a seguir en el mismo estado de opresión. 34 personas entregaron su vida en estas jornadas y otros 6 murieron luego a causa de las heridas recibidas. La consigna "que se vayan todos" expresó a los millones que cuestionaron las instituciones del sistema.

Con nuestra lucha inclaudicable por justicia logramos la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que se reabran causas contra los genocidas en todo el país y conseguimos la detención y el procesamiento de alrededor de 150 represores.

Sin embargo, la gran mayoría disfrutan de prisión domiciliaria o están detenidos en unidades de las fuerzas armadas gozando de privilegios inaceptables. Y más de mil aun no han sido ni rozados por la justicia.

Por eso, hoy como ayer, exigimos cárcel efectiva, común y perpetua para los genocidas!

La mayoría de los jueces se niega a procesar a los represores como partícipes del terrorismo de estado y el genocidio, imputándoles únicamente delitos puntuales. Aún teniendo a la vista las listas de quienes integraban el personal de cada centro de exterminio y las de los detenidos-desaparecidos que pasaron por ellos, los jueces cómplices se niegan a tratar estas causas como un plan sistemático de exterminio y desaparición.

Por otra parte, la Nulidad de los Indultos, reclamo que venimos levantando desde hace años, volvió a ser manipulada por el gobierno y sus representantes en la cámara de diputados, que hace pocos días votaron en

bloque contra su tratamiento y aprobación.

Por eso, hoy como ayer, exigimos la anulación de los indultos a los genocidas.

Uno de los efectos más perversos del genocidio y de la impunidad que lo sostuvo, es la situación que viven hoy en día los más de 500 hijos de nuestros compañeros desaparecidos, secuestrados junto a sus madres o nacidos en cautiverio, que fueron apropiados, no conocen aún su verdadera identidad y permanecen secuestrados por apropiadores militares, policiales o civiles. Exigimos al Gobierno que encuentre a esos jóvenes y que les restituya su verdadera identidad. Exigimos el juicio y castigo a los apropiadores y a los médicos y parteras que participaron de estos crímenes. Porque mientras haya una identidad cambiada, se pone en duda la identidad de un pueblo. Cada joven que recupera su identidad es una conquista de la lucha de todos.

Es por ello que, hoy como ayer, decimos: Restitución de la identidad a los más de 500 jóvenes apropiados.

No creemos en las tan publicitadas autocríticas de los comandantes en jefe de las fuerzas armadas. Mientras siguen sin entregar los archivos de la represión continúan espiando al pueblo, como quedó claro ahora con los hechos de la Base Almirante Zar, el mismo lugar donde masacraron a los héroes de Trelew..

Y hoy como ayer, decimos: No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!!!

En estos años la situación económica y social no ha cambiado: el gobierno de Kirchner está pagando una deuda externa ilegitima, inmoral y fraudulenta, mientras dice que nos estamos desendeudando. En el 2005 se efectuó el pago más grande de toda la historia nacional. Se convalidaron las privatizaciones, se sigue beneficiando a las empresas que saquean nuestros recursos naturales, se avanzó en la devaluación del salario y la liquidación de las conquistas obreras. La desocupación sigue siendo masiva y la miseria que abarca a más de la mitad de la población, la destrucción de la salud y la educación pública.

Las grandes fortunas siguen evadiendo el pago de los impuestos, como lo demuestra que la mitad de los trabajadores están en negro, privados de sus derechos laborales. Hoy como nunca es cierta la afirmación de que estamos pagando la deuda externa con el hambre y la miseria del pueblo trabajador y explotado. Mientras tanto sigue aumentando el costo de la canasta familiar.

La mayoría de las empresas recuperadas por sus trabajadores, que heroicamente las mantienen abiertas y en producción cuando sus patrones huyeron o quebraron, lejos de recibir apoyo, son boicoteadas por el estado.

Por eso decimos Basta de políticas que generan hambre, desocupación y pobreza. No al pago de la deuda externa, No al ALCA. No a los tratados de libre comercio.

También durante este gobierno se produjeron graves hechos represivos contra el pueblo. La situación que hoy esta viviendo el pueblo de Las Heras, provincia de Santa Cruz, es la expresión concentrada de esta política. El norte de la provincia en la que reinan las petroleras y mineras imperialistas y los terratenientes, tiene una ciudad militarizada; los trabajadores y sus familias sufren una permanente persecución, los 20 presos políticos han sufrido torturas y el gobierno nacional como respuesta al conflicto, envió la Gendarmería. En los últimos días el Presidente de la Nación ha dicho que hubo excesos. Nosotros decimos: no hubo errores, no hubo excesos. Exigimos en este 24 de marzo la inmediata libertad de toso los presos políticos de Las Heras y el retiro de la gendarmería.

La represión abarca diferentes lugares del país. Se persigue al movimiento obrero, se reprime, se desplaza y despoja de sus tierras al movimiento campesino, como el MOCASE en Santiago del Estero, y al movimiento de pueblos originarios, como el pueblo Quom en Formosa. Denunciamos la acción de bandas paramilitares financiadas por los terratenientes.

Por primera vez después de la dictadura, en el 2005 se impidió el acceso de manifestaciones populares a la histórica Plaza de Mayo en respuesta a la gran movilización popular en repudio a la presencia del genocida Bush en la Argentina se dispusieron operativos de cerco en Mar del Plata y Buenos Aires. Y aun hoy están presos militantes que expresaron su repudio a la visita.

Los detenidos a raíz de la protesta popular en la estación Haedo del Ferrocarril Sarmiento siguen presos. Los vallados se instalaron como parte del paisaje cotidiano. La Plaza de Mayo, La Legislatura y el Congreso son ejemplo de ello.

Las amenazas y ataques que están recibiendo sectores destacados de la clase obrera buscan disciplinarla en momentos en que sectores importantes de los trabajadores empiezan a mostrar nuevamente su capacidad de lucha.

Continúa la tortura de los jóvenes en las cárceles y comisarías, que llegan a provocar la muerte, y que son parte del exterminio que sufren día a día nuestros jóvenes, especialmente los más pobres. Magdalena es un ejemplo de ello.

El gatillo fácil y la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado en los barrios populares, especialmente en la provincia de Buenos Aires, son parte de esta misma política.

Se han ratificado tratados internacionales sobre terrorismo, que solo servirán para profundizar la persecución a los luchadores populares. Y hay proyectos para sancionar las llamadas leyes antiterroristas.

Durante el gobierno de Kirchner hay más presos políticos que en todos los gobiernos constitucionales anteriores y se profundiza la criminalización de la protesta social. Día a día aumenta el número de procesados por luchar y contradiciendo sus promesas, el gobierno obstaculiza la sanción de la amnistía/ desprocesamiento de los luchadores populares.

Por eso decimos basta de represión. Retiro de la gendarmería de Las Heras y de todos los conflictos sociales. Libertad a los presos políticos. Amnistía o desprocesamiento de los luchadores populares.

Ya han pasado 15 meses de Cromañón. La corrupción y negligencia del Estado y los grandes negociados son las causas de esta masacre. Miles de jóvenes y sus familias, acompañados por organizaciones populares siguen marchando exigiendo juicio y castigo a los responsables políticos y materiales de la muerte de 194 jóvenes y de los padecimientos de los miles de sobrevivientes de ese trágico 30 de diciembre. Como resultado de esta lucha se ha conseguido hasta ahora la cárcel para Chabán y la destitución de Ibarra, principal responsable político de lo ocurrido. La lucha sigue hasta terminar con la impunidad de todos los responsables.

La movilización popular en torno al pedido de juicio y castigo a los responsables políticos y materiales de la masacre de Puente Pueyrredón ha logrado la condena a cárcel perpetua de Fanchiotti y Acosta, responsables

materiales de los asesinatos de Darío y Maxi. Lejos de ello se encuentran todavía los responsables políticos e intelectuales de este hecho represivo: Duhalde, Aníbal Fernández, Solá, Atanasoff y Álvarez entre otros, siguen todos en libertad y continúan impunemente desempeñando

funciones públicas.

La impunidad de la masacre de la AMIA es completada por el gobierno de Kirchner que mantiene cerrados los archivos secretos del Estado y niega su entrega a una Comisión Independiente. Después de reconocer la responsabilidad del Estado en el encubrimiento del atentado, sin procesados ni condenados, la política del gobierno nacional facilita la prescripción de la causa AMIA en los próximos meses, con el objeto de encubrir su propia responsabilidad.

También continúan impunes: Los asesinatos de Ibáñez y Cuellar en Jujuy a fines de 2003; La detención, cárcel y tortura a trabajadores y desocupados, incluidos mujeres y niños en Caleta Olivia; La represión de los días 19 y 20 de diciembre de 2001; Los más de 1700 casos de gatillo fácil; La bomba de Plaza de Mayo en diciembre de 2003; La muerte de los 14 obreros de Río Turbio, victimas como cientos de trabajadores de inhumanas condiciones de trabajo y seguridad laboral; los ataques al Servicio de Paz y Justicia y las amenazas y agresiones a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; el ataque a la sede del Partido Obrero y a los locales del Frente Popular Darío Santillán; La masacre en la cárcel de Magdalena.

Por eso decimos no a la impunidad de ayer y de hoy.

Durante todo este tiempo ha crecido la movilización obrera y popular. Desde esta jornada de lucha apoyamos a todos los hombres y mujeres trabajadores ocupados, desocupados, jubilados, estudiantes, docentes, campesinos, pueblos originarios y a todos los que luchan por sus derechos

y por construir una Argentina con trabajo, salarios, salud, educación y vivienda para todos.

Apoyamos y reivindicamos la lucha férrea y permanente de las mujeres por sus derechos. Romina Tejerina se ha constituido en un símbolo de esa lucha.

Apoyamos la lucha del pueblo de Entre Ríos que enfrenta a las multinacionales y resiste la instalación de las papeleras.

La lucha de nuestro pueblo es parte de un torrente, una tempestad de puebladas y rebeliones que recorre América Latina. Crece la solidaridad con Cuba, Venezuela y Bolivia asediadas por el imperialismo, y avanza el reclamo de unidad y lucha de los pueblos de Latinoamérica.

Exigimos la libertad de los 5 patriotas cubanos presos en Estados Unidos, y denunciamos las torturas en la base de Guantánamo y en Abu Graib, y la utilización de fósforo blanco en la masacre de Faluya.

El imperialismo yanqui, que desató junto a sus socios una guerra genocida contra Irak, está empantanado por la heroica resistencia del pueblo irakí.

Todos los pueblos del mundo hemos manifestado no a la agresión imperialista a Irak y nos oponemos a los planes de invasión al hermano pueblo de Irán, a los pueblos de Medio Oriente y Corea del Norte. Apoyamos la lucha del pueblo palestino.

Repudiamos el plan Colombia y la instalación de nuevas bases militares en América Latina.

Repudiamos hoy las maniobras que pretenden usar la causa AMIA para sumarse a la campaña imperialista contra la nación irani.

Exigimos que el gobierno argentino, respetando el derecho de autodeterminación de los pueblos, retire inmediata y totalmente las tropas argentinas estacionadas en Haití y no mantenga cooperación militar alguna con los yanquis.

Por eso decimos: fuera yanquis de Irak y de América Latina, retiro inmediato de las tropas Argentinas de Haití.

Por nuestros 30.000 detenidos desaparecidos

A 30 años del golpe reafirmamos nuestra lucha para terminar con la impunidad de los genocidas de la dictadura: seguimos exigiendo, denunciando y luchando sin claudicaciones hasta ver a todos y cada uno de los asesinos detrás de las rejas. Pero sabemos que esa lucha no se agota allí; también queremos terminar con la impunidad de los que hoy matan por hambre, desocupación, pobreza y entrega.

Recuperamos hoy la memoria de todos los caídos en las luchas a lo largo de nuestra historia.

Somos parte de un pueblo que lucha hace muchos años por un país donde sean posibles el pan, el trabajo, la tierra, la salud, la educación, la vivienda, una niñez y una vejez protegidas, una juventud con futuro, justicia y plena vigencia de los derechos humanos.

Por esa Argentina dieron su vida nuestros 30.000 detenidos desaparecidos.

Por esa Argentina nos comprometemos a seguir dando nuestro Presente en la lucha hasta conseguir que el país que soñaron y soñamos se haga realidad, una Argentina liberada de la opresión imperialista y de la explotación.

Las causas de sus luchas, que son las nuestras, siguen vigentes.

Por eso, sorteando todos los embates estuvimos, estamos y estaremos cada 24 de marzo en esta Plaza y en todas las plazas del pais.

Por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

30.000 compañeros detenidos desaparecidos Presentes!!!!!!

Ante las políticas antipopulares, unidad de los que luchan!!!


Comunicado Publico

Ante las políticas antipopulares, unidad de los que luchan.


Ya van más de dos meses desde que asumió la presidencia de la nación el nuevo (viejo) gobierno de Kristina Kirchner y hemos comprobado que solo es más de lo mismo, es más; no solo se ha sostenido sino que se han agravado las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo.
La política económica se basa en el saqueo de nuestros recursos naturales, la superexplotación de los trabajadores, la precarización laboral (trabajadores tercerizados, trabajo en negro, etc.) y la desocupación.
Lejos de coincidir con los datos oficiales vemos como día a día aumentan los precios de los productos de la canasta familiar, de transportes y de los impuestos. El gobierno que se dice de los “derechos humanos” deja morir de hambre y de causas evitables a cientos de niños y adultos a lo largo y ancho de nuestro país.
Sumado a todo esto vemos como a diario se agudiza la política represiva contra los que resisten y pelean por vivir dignamente. Política que se manifiesta no solo a través de las fuerzas represivas sino a través de patotas y grupos de tareas con el accionar propios de la dictadura.
Este gobierno defiende los intereses de los monopolios y organismos de crédito internacional, es decir gobierna contra el pueblo.
Ante esta realidad no nos queda más opción que la “unidad de los que luchan”

¨ Trabajo

¨ Salario igual a la canasta familiar

¨ Aparición con vida de Julio López

¨ No a la ley antiterrorista

¨ No a la criminalización de la protesta

¨ Libertad a los presos políticos y desprocesamiento de los luchadores populares


Movimiento Teresa Rodriguez

Mesa Nacional

Agosto de 2003

PROYECTOS PRODUCTIVOS: Trabajo elaborado por la Catedra de Economia Social de la UNC




UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA
Economía Social - Octubre de 2007
TRABAJO, DIGNIDAD Y CAMBIO SOCIAL 1
Juan Pablo Carranza
carranzajuanp@gmail.com

Palabras Clave: Organizaciones Sociales / Estrategias Políticas / Cambio Social.
Palavras Chave: Organizaçaoes Sociais / Estratégias Políticas / Mudança Social.



Índice:
1. Introducción a lo Indigno, al Desempleo y a la Calma Social.
2. Una Breve Descripción de los Problemas Planteados.
3. El Juego Social y sus Actores.
4. Los Emprendimientos Productivos Populares.
4.1. Los Emprendimientos Populares como Productores de Mercancías.
4.2. Los Emprendimientos Populares como Toma de Conciencia.
4.3. Los Emprendimientos Populares como Superación del Asistencialismo.
5. Las Actividades de Autoconsumo.
6. El Piquete.
7. Cuestionamiento a la dependencia del Estado.
7.1. Una Perspectiva desde la Historia.
7.2. El Asistencialismo como Contradicción.
8. Conclusiones.
9. Bibliografía.


1. Introducción a lo Indigno, al Desempleo y a la Calma Social.

El título del presente trabajo es una consigna permanente, eterna allí en donde las
condiciones de vida de la mayor parte de una población se vuelven asfixiantes, en donde
el contraste entre los que no paran de enriquecerse con el trabajo de aquellos que no
cesan de empobrecerse es vergonzoso y, finalmente, tales contradicciones se vuelven tan
intolerables que los oprimidos comienzan a organizarse para poner un fin a su situación.
En éste caso, la consigna, el título, se debe al Movimiento Teresa Rodríguez, que ha
servido de observatorio y que nos permitirá adentrarnos algunas páginas en cuestiones
en las que la falta de información, la falsa información y el prejuicio contribuyen a formar
opiniones sesgadas en torno a una organización conformada por personas que viven en
la marginalidad y conviven con su flagelo.
Se entiende aquí que el Movimiento Teresa Rodríguez es una fiel expresión de las
organizaciones de desocupados que buscan alterar el sistema social vigente, aceptando
fondos Estatales con el objetivo final de desestabilizar al mismo Estado. Será preciso, a la
vez, tener presente la distinción entre éste tipo de organizaciones y aquellas que, si bien
se nutren de desocupados y marginados, buscan sólo garantizar su subsistencia bajo la
sombra de la asistencia Estatal. Esta distinción quedará más clara en las páginas
siguientes, pero de aquí en más, cuando nos refiramos al “movimiento piquetero” lo
haremos teniendo en mente al Movimiento Teresa Rodríguez como expresión del mismo,
es decir, como expresión de una organización de marginados que persigue el cambio
social.
Una descripción acabada del movimiento piquetero sería motivo, por sí sola, de
numerosas páginas. No es la intención aquí, sin embargo, realizar tal descripción. A tales
fines, sólo diremos que el movimiento piquetero nuclea a desocupados, marginados,
personas que han sido expulsadas del sistema productivo, y que mediante diversas
acciones persigue no menos diversos objetivos. Los fines centrales de ésta organización
de marginados son la reinserción de sus integrantes en la sociedad, y la alteración de la
sociedad misma en cuanto a los mecanismos que producen la expulsión de personas
hacia fuera del sistema social. Para todo aquel que requiera una descripción acabada del
movimiento piquetero, será siempre bienvenido a acercarse y participar de sus
actividades.
Aquí trataremos tres características que hacen al accionar del movimiento piquetero.
Primero nos ocuparemos de la producción de mercancías por parte de sus integrantes,
–actividad que llamaremos emprendimientos productivos populares. Al decir “mercancías”
entendemos que se trata de bienes o servicios que han de pasar a manos de otro, a
través de un acto de cambio. Luego centraremos la atención en las actividades de
autoconsumo realizadas con la finalidad de alivianar los gastos de los integrantes del
movimiento y permitirles disponer de los ingresos obtenidos a través de los
emprendimientos populares o de alguna otra actividad2 hacia otros fines. Por último nos
encargaremos de una pregunta que se ha instalado en las capas de la sociedad en donde
la exclusión aún no ha penetrado ¿Sin fondos de asistencia estatales éstos movimientos
están condenados a desaparecer? De donde se extiende generalmente la fácil conclusión
de que si el Estado Capitalista dejase de lado las políticas asistencialistas se libraría de
éste tipo de movimientos que objetan el orden social vigente. Veremos que,
afortunadamente, las cosas no son tan fáciles para el Estado Capitalista.
Por último, y en cuanto a la metodología utilizada en éste trabajo, el mismo se basa
en la observación y participación en numerosas de las actividades realizadas por el
Movimiento Teresa Rodríguez, y en el diálogo con sus integrantes, desde aquellos que
tienen un nivel de formación política que los convierte en referentes del mismo, hasta
aquellos que con su participación y esfuerzo constituyen la sangre del movimiento.3

2. Una Breve Descripción de los Problemas Planteados.

La relación entre el movimiento piquetero, que en el caso bajo estudio será
representado por el Movimiento Teresa Rodríguez, y la Economía Social viene
determinada por su mutua y constante búsqueda de un cambio social. Con ese objetivo
en mente, el movimiento piquetero trata permanentemente de encontrar Emprendimientos
Productivos Populares, acordes a los principios del cooperativismo, colectividad de los
medios de producción y apropiación del trabajador de la totalidad de la producción, que
les posibiliten a sus miembros aliviar en algún sentido su asfixia económica. A la vez,
cuando éstos emprendimientos populares funcionan, permiten lograr la concientización en
quienes los integran de que el cambio social es posible y que no es necesaria la figura
–típica de la sociedad capitalista, en donde debe existir un jefe organizando la división del
trabajo, para producir una mercancía.
Sin embargo, el principal problema que enfrentan los emprendimientos populares es
que el ingreso monetario que cada miembro de la organización obtiene del mismo,
apropiándose de la totalidad del valor vertido por él en la producción está, en la mayoría
de los casos analizados, por debajo del salario que puede obtenerse en un empleo
precarizado, sujeto a explotación o expropiación de valor por parte del empleador.
En una economía basada en la acumulación de capital es extremadamente difícil
encontrar ejemplos de emprendimientos populares exitosos y autosustentables que le
permitan a sus integrantes acceder a un nivel de vida al menos aceptable, y cuando uno
demuestra serlo es objeto de estudio por su rareza. ¿Pero ello nos indica que deben
abandonarse éstos esfuerzos en tanto no se logre previamente el cambio social
buscado?¿Es el cambio social una condición necesaria para el éxito de los
emprendimientos populares, o éstos últimos son una herramienta para lograr el cambio?
Y en cuanto al cambio social, una pregunta que no es sólo patrimonio de un abordaje
periodístico del problema, sino que parece confundir a numerosos investigadores sociales
y desviarlos hacia apreciaciones simplistas y lógicamente vacías, es la siguiente; ¿Cómo
pueden lograr un cambio social las organizaciones de desocupados, cuando su existencia
depende de las dádivas de un Estado al cuál pretenden alterar?
En las siguientes secciones trataremos de dar una respuesta satisfactoria a las
preguntas que aquí han surgido.

3. El Juego Social y sus Actores.

Entendamos un “cambio social” como una modificación de las estructuras productivas
y distributivas de una sociedad. O más formalmente:
“Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la
inmensa superestructura erigida sobre ella... Las relaciones burguesas de producción son la
última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de
un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones
sociales de vida de los individuos.”4
Ahora bien, con esto queremos decir el estado actual de la sociedad se “produce”, y
en su producción se combinan la historia de la sociedad misma con todas aquellas
acciones, eventos, hechos, etc, realizados en el presente tanto por los actores sociales
que aspiran a una sociedad más acorde a sus necesidades, como de aquellos que
pretenden la perpetuación de la situación actual.
En ésta sección, utilizaremos un sencillo marco analítico ideado por Carlos Matus
(1994). Las “reglas del juego” de una sociedad vienen determinadas por genoestructuras,
que constituyen el espacio de posibilidades en donde los diversos actores sociales
pueden realizar acciones para afectar al sistema social, a través la correcta utilización de
recursos escasos, tanto económicos, como políticos, cognitivos, organizacionales, etc.
Cada actor asume sus acciones dentro del sistema social en base a reglas
genoestructuradas previamente, pero éstas reglas no son inamovibles y pueden ser
alteradas por las acciones mismas de los actores. El objetivo de ésta búsqueda de un
cambio en las genoestructuras es tratar de inclinar las “reglas del juego” a favor del actor
que realiza la acción. Las genoestructuras son el determinante estático de la producción
social.
Claro está que las genoestructuras que enmarcan un determinado estado de la
sociedad no están vigentes por causa del azar. Son la consecuencia de la producción
social de actores fuertes, que en su proceso de acumulación de fuerza consolidaron
institucionalmente los mecanismos que, históricamente, les permitieron fortalecerse. Es
por ello que cuando las genoestructuras vigentes son alteradas presenciamos los grandes
cambios de la historia.
Ahora bien, las capacidades acumuladas a través del tiempo con las que cada actor
se desenvuelve dentro del sistema social son llamadas fenoestructuras. Y las mismas
responden a acciones, hechos, eventos y elementos que constituyen los flujos de
producción social. Son ejemplos de fenoestructuras las ciencias, los valores, las
ideologías, las instituciones, las personalidades, los emprendimientos asociativos, etc. Las
fenoestructuras son el determinante dinámico de la producción social.
Resumiendo, los actores sociales pueden realizar acciones que provoquen cambios
en sus flujos de producción social, buscando fortalecer sus fenoestructuras para de esa
manera inclinar las genoestructuras en su favor. Podemos, entonces, categorizar cuatro
posibles estrategias de los actores sociales en su producción social:

1º) Aceptar las reglas. Tomar las genoestructuras y fenoestructuras iniciales como
dadas.
2º) Competir aceptando las genoestructuras, pero buscando fortalecer sus
fenoestructuras y debilitar las de sus oponentes.
3º) Competir aceptando las reglas sólo inicialmente, pero buscando fortalecer sus
fenoestructuras hasta el límite de lograr un cambio en las genoestructuras que inclinen
las reglas a su favor. Se busca revolucionar o reformar las genoestructuras.
4º) Combatir desde el inicio por fuera de las genoestructuras, rechazándolas (C.
Matus, 1994).

4. Los Emprendimientos Productivos Populares.

Dentro de éste sencillo marco teórico, podemos ubicar a los Emprendimientos
Productivos Populares llevados adelante por las organizaciones piqueteras en la tercer
categoría. Recordemos que éstos emprendimientos se basan en la producción de bienes
destinados a un acto de cambio, es decir, en mercancías para otros. Pero su proceso de
producción se basa en características particulares. Los medios de producción se
consideran colectivos, y el trabajo se divide de común acuerdo y es generalmente rotativo
en sus funciones. Además, las ganancias obtenidas, de haberlas, son repartidas por igual
entre cada integrante del emprendimiento popular.
Se entiende que, al encarar un proceso de producción con un enfoque solidario que
sirve de muestra del tipo de sociedad que pretenden alcanzar quienes participan de los
emprendimientos populares, pero luego colocar la mercancía producida en competencia
dentro del mercado, se está aceptando la reglas del juego de la sociedad vigente. Claro
que ello no quiere decir que éstos emprendimientos no tengan como fin último la
alteración de las genoestructuras, razón por la cuál se ha optado por incluirlos en el tercer
tipo de estrategia de los actores sociales en su producción social.

4.1 Los Emprendimientos Populares como Productores de Mercancías.

En el caso que ha servido de base a éste trabajo, el Movimiento Teresa Rodríguez,
los emprendimientos consisten en la producción de diversos tipos de mercancías. Un plan
–del Estado Municipal destinado a apoyar a Cooperativas de Trabajo ha determinado que
el movimiento se ponga en campaña de conformar una Cooperativa destinada a la
recolección de residuos en asentamientos marginales en donde el servicio municipal no lo
brinda. La disposición de retazos textiles recogidos de los residuos de los grandes
fabricantes ha posibilitado la producción de ropa para niños. La proximidad de las fiestas
de fin de año determina generalmente la producción de budines y pan dulce para
aprovechar la elevada demanda de éstos artículos. Cuando el precio de alguna fruta
desciende a un nivel aceptable se utiliza la misma para la elaboración de dulces.
En todos los casos mencionados, es necesario un impulso ajeno al movimiento para
que se comience a desarrollar un emprendimiento5. Esto es así porque la producción
parte de la marginalidad absoluta. Las decisiones de desarrollar un emprendimiento
popular se toman comisiones formadas en asambleas populares, y disponen de fondos
que provienen de los planes de asistencia estatal que los integrantes del movimiento
ponen a disposición del mismo, pero es claro que tales fondos no son suficientes.
Además, generalmente se arranca por la fuerza algún tipo de apoyo estatal, o se cuenta
con el magro financiamiento de alguna institución o un particular, pero no se podrá nunca
igualar el nivel de capitalización con el que opera una empresa capitalista establecida.
Entonces, resultaría tentador argumentar que ésta clase de emprendimientos, con
comunidad de medios de producción y democracia en la toma de decisiones y asignación
de recursos serían vanos al intentar producir un cambio social, cuando lo producido es
arrojado a competir, bajo reglas capitalistas, con productos similares nacidos en el mismo
vientre capitalista.
Ello es así porque en la producción solidaria de bienes, al igual que en la producción
capitalista, la fuerza de trabajo que cada integrante del emprendimiento vuelca en la
mercancía producida no encuentra reflejo en el ingreso recuperado a través de la venta
del producto, para el caso de la producción solidaria de bienes, o en la remuneración,
para el caso de la producción capitalista.
En el caso de la producción capitalista la desigualdad entre lo producido y lo
remunerado reside en que, al ser el capitalista el propietario de los medios de producción,
compra al trabajador su fuerza de trabajo a cambio de un salario que le garantice sólo su
reproducción para que otro trabajador lo reemplace cuando éste ya no sea de utilidad. De
ésta manera, el trabajador asalariado dedica una determinada cantidad de horas de su
jornada de trabajo a producir el equivalente de sus medios de subsistencia, y el resto del
tiempo lo “regala” al empleador.
En el caso de la producción solidaria de bienes, la desigualdad entre la fuerza de
trabajo volcada en la mercancía y lo obtenido por ésta en el proceso de cambio depende
del precio fijado por las mercancías de origen capitalista que dominan el mercado, y que
generalmente responde a un menor tiempo de trabajo por cada mercancía producida.
Esto implica que en los emprendimientos populares la cantidad de fuerza de trabajo
utilizada en la producción de cada mercancía es mayor que la utilizada por la mercancía
competidora, la cual, a la vez, fija el precio de venta. Como no se puede aspirar a vender
algo a un precio mayor que el de la competencia, y no se puede realizar acción alguna
que fuerce a ésta a elevar el precio de venta, si se desea colocar la producción en el
mismo mercado en donde se compite con mercancías de origen capitalista, el integrante
del emprendimiento popular debe resignarse a “regalar” esa fuerza de trabajo adicional,
tal cuál lo haría trabajando a cambio de un salario.
Al ser el precio de venta de la mercancía menor que el valor de la fuerza de trabajo
vertida en ella por medio del proceso productivo solidario es de esperar que los
emprendimientos populares no prosperen, y que cada integrante de los mismos se
someta a la explotación “voluntariamente”, o mejor dicho, se someta al mercado de
trabajo en búsqueda de una remuneración que le garantice al menos la subsistencia, cosa
que el emprendimiento popular generalmente no puede lograr.
Otra forma de exponer lo anterior es que a pesar de que las mercancías se han
producido a través de procesos solidarios, con colectivización de los medios de
producción e idéntica repartición de esfuerzos y ganancias, la explotación que sufren los
integrantes del emprendimiento permanece inmutable. La explotación nunca abandonó el
proceso productivo, a pesar del enfoque solidario utilizado en la producción, y su
permanencia a lo largo de todo el proceso se hace patente en el acto de cambio de la
mercancía, cuando debe competir bajo el precio fijado por mercancías producidas con un
enfoque donde reina la eficiencia económica y la división del trabajo. Aquí veremos,
entonces, al integrante del proyecto forzado a escoger entre dos alternativas, de las
cuáles ninguna le garantiza el apropiarse totalmente del fruto de su trabajo, explotación y
pobreza, o dignidad y extrema pobreza.
De lo anterior resulta que no puede colocarse lo producido por éste tipo de
emprendimientos en competencia con el arsenal de mercancías similares y producidas
–con una concepción totalmente opuesta. Al buscar librar al trabajador de la explotación, el
esfuerzo resultaría estéril.

4.2 Los Emprendimientos Populares como Toma de Conciencia.

Sin embargo, si tomamos en cuenta el efecto que los emprendimientos producen en
cada uno de los integrantes del movimiento, el aprendizaje que se logra al volcar el propio
trabajo y sentirse dueño del producto del mismo, podemos afirmar que las organizaciones
piqueteras persiguen con éste tipo de emprendimientos, más que una alternativa
económica al sistema capitalista, un fortalecimiento de sus fenoestructuras.
Ello explicaría la constante búsqueda de emprendimientos por realizar, a pesar de
que la mayoría de ellos fracasa en términos estrictamente económicos. Un objetivo
principal, aún más importante que el de garantizar la subsistencia económica de los
integrantes del emprendimiento, es el de generar conciencia de las alternativas posibles,
de ganar experiencia en los integrantes del movimiento.
Los referentes del Movimiento Teresa Rodríguez, por ejemplo, entienden que la única
forma de lograr un cambio social es mediante un profundo conocimiento, por parte de sus
integrantes, del sistema que se pretende doblegar. Pero enfrentan condiciones poco
accesibles para ese objetivo. El ámbito en donde se desarrollan sus actividades es
contradictorio en éste sentido. Por un lado, los estratos sociales en donde se asienta el
movimiento son aquellos que más disconformes se encuentran con las genoestructuras
vigentes, es allí precisamente en donde el sistema social imperante ha hecho pié hasta
hundirlos bajo el suelo. Pero, también, la falta de un nivel educativo aceptable, sumado al
constante bombardeo mediático y eclesiástico de resignación social, hace más que
dificultosa la tarea de concienciar a los integrantes del movimiento de que ellos mismos,
mediante sus propias acciones, mediante un correcto aprovechamiento de sus
fenoestructuras, pueden lograr un cambio en las genoestructuras que vuelque las reglas
sociales en su favor.

4.3 Los Emprendimientos Populares como Superación del Asistencialismo.

Ahora bien, es claro que no podemos, ni debemos, aislar los aspectos político y
educativo del aspecto económico en las luchas sociales. Y en la órbita de la economía
social no resultaría satisfactorio tomar a los emprendimientos populares sólo como un
paso previo al cambio social, y tratarlos como una vía muerta en el ámbito económico.
Debemos, entonces, considerar a la búsqueda de emprendimientos autosustentados que
contrarresten la reestructuración capitalista, palpable luego del fracaso ultraconservador o
neoliberal, como una herramienta de extrema utilidad en la lucha social (Coraggio, 1998).
Al indicar la estrategia de los emprendimientos populares para revolucionar el sistema
social como un fortalecimiento de las herramientas de lucha o fenoestructuras, en un
primer paso aceptando las “reglas del juego” vigentes, para luego intentar volcarlas a
favor propio, no hemos hecho más que establecer que la alternativa social debe gestarse
dentro del sistema social actual para luego, una vez madura, intentar cambiarlo. Esta
maduración de los emprendimientos populares es un proceso, y no puede considerarse
completo hasta que logren “caminar por sí mismos” por entre todas las genoestructuras
actualmente vigentes en la sociedad capitalista. A decir de Coraggio (1998);
“...esa tarea requiere recursos importantes y un amplio consenso social y político...:
a) Reorientando paulatinamente los medios que hoy se usan para la mera sobrevivencia...
de los sectores populares, hacia el desarrollo de sus capacidades y recursos productivos,
fortaleciendo la eficacia de sus instituciones solidarias e incrementando su competitividad
en los mercados.
b) Acompañando las políticas sociales con reformas legales y con políticas económicas
que reconozcan la eficiencia social de los emprendimientos populares, y los estimulen...
c) Redirigiendo la capacidad de contratación del sector público (compras, trabajo
asalariado, tercerización de servicios, etc.) de modo de optimizar su efecto sobre el
desarrollo de los emprendimientos de la Economía Popular...
d) ....pasando de tener como contrapartida (en la asistencia social) masas homogéneas de
beneficiarios pasivos y aislados, a la cogestión con comunidades heterogéneas, organizadas
y capaces de discutir las prioridades, superando la actual fragmentación y dispersión de la
política social.”6
En tanto éstas condiciones no se den, es un camino ríspido el que transitarán los
emprendimientos populares. El sistema capitalista, como un cuerpo orgánico, tiene sus
propios mecanismos de defensa contra las propuestas anteriores. Y uno de los más
efectivos es el asistencialismo asimilado a un mecanismo que mercado, que se asienta en
la minimización de los costos de combatir la pobreza endógena a sí mismo. Se establecen
criterios de eficiencia para mantener a la población por encima de una línea de pobreza o
satisfacer una serie de necesidades básicas, pero no se busca potenciar los recursos
productivos de la porción de la población asistida por el Estado. Posteriormente, en la
sección 7, veremos la relación entre el Estado, el movimiento piquetero y las políticas
sociales con mayor profundidad. Por ahora debe tenerse en mente la caracterización de
políticas asistencialistas como aquellas que no incrementan las capacidades de sus
beneficiarios.
El Movimiento Teresa Rodríguez, como expresión del movimiento piquetero que lucha
por el cambio social, comprende que el asistencialismo no tiene más nada para ofrecer a
la población hacia la cuál es dirigido. Entienden que el Estado debe destinar éstos
recursos, y muchos más, hacia una política de inversión en desarrollo social, potenciando
los recursos productivos de la población excluida del sistema (Coraggio, 1998). Para ello
sirve de nexo entre los fondos estatales dirigidos al asistencialismo y la política de
desarrollo social descripta. Se reúne el conjunto de planes de asistencia social de los
integrantes, que individualmente no potencian los recursos productivos de ninguno de sus
beneficiarios, y se los asigna, según criterios democráticos en asambleas y comisiones
creadas en las mismas, hacia donde se interprete que puedan potenciar las posibilidades
de sus integrantes. Y es allí en donde los emprendimientos populares, cuando logran
autosustentarse, juegan un rol esencial, permitiendo la reinserción en el trabajo de
personas marginadas y posibilitando la desmitificación de la máxima capitalista que
establece la imposibilidad de que personas sin ningún tipo de calificación puedan llevar
adelante la producción sostenible de una mercancía sin necesidad de un patrón que los
ilumine.

5. Las Actividades de Autoconsumo.

Otra de las actividades realizadas por el Movimiento Teresa Rodríguez consiste en la
producción de bienes o servicios para el consumo propio de quienes participan en su
elaboración o de aquellos miembros del movimiento que los necesiten, sin que en su
consumo haya proceso alguno de cambio, por lo cuál no podemos considerarlos como
mercancías. Son ejemplos de éste tipo de actividades la elaboración de pan, los
comedores populares, el apoyo escolar o la entrega de la copa de leche.
–Para analizar éste tipo de actividades, establezcamos que los miembros del
movimiento piquetero pertenecen a lo que llamaremos unidades domésticas
semiproletarizadas (Wallerstein, 1988). En ellas, al menos uno de sus miembros dedica
su fuerza de trabajo a actividades no asalariadas cuyos frutos se destinan al consumo
interno de la unidad doméstica. Por oposición, las unidades domésticas proletarizadas
están integradas por individuos que dedican toda su fuerza de trabajo a empleos
asalariados.
Por lo tanto, en las unidades domésticas semiproletarizadas un porcentaje del gasto
destinado a la subsistencia es cubierto por las actividades de autoconsumo llevadas
adelante por aquellos de sus integrantes que no están proletarizados7. Esta situación
provoca que los miembros que están plenamente proletarizados, cuando definen su
umbral salarial mínimo acepten un salario aún menor que el que aceptarían los
integrantes de unidades domésticas en las cuales todos sus miembros se encuentran en
empleos asalariados, ya que tendrán en cuenta que una parte de sus ingresos destinados
a la subsistencia está cubierta por las actividades de autoconsumo.
Esta situación agrava aún más la explotación a la que se exponen los integrantes de
las unidades domésticas semiproletarizadas al intentar proletarizarse. Se produce la
conjunción de explotación más precarización laboral, al recibir en salario una paga menor
que aquella que garantizaría su subsistencia.
Por lo tanto, al parecer, éste tipo de actividades no harían más que seguirle el juego al
sistema capitalista. Sin embargo, las observaciones efectuadas al respecto del proceso de
concientización de los integrantes del movimiento piquetero al realizar emprendimientos
populares, son también aplicables al caso de éstas actividades de autoconsumo. Los
integrantes del movimiento piquetero que participan de éstas actividades encuentran el
valor de sentirse dueños de la totalidad de lo que producen, y de producirlo contra toda
receta social que aconseja un jefe para que su esfuerzo tenga éxito.
Además, el hecho de que éste tipo de actividades no produzca mercancías, quita del
camino el espectro del fracaso económico causado por la competencia. Esto permite que
el integrante del movimiento piquetero que dedica su fuerza de trabajo a éstas actividades
logre una recompensa inmediata basada en servir a sus compañeros, en lugar de poner
sus expectativas en la consecución de algún logro monetario proveniente de la venta de
mercancías. Tal situación podría explicar que, en el Movimiento Teresa Rodríguez, la tasa
de permanencia de los integrantes de las actividades de autoconsumo en las mismas sea
bastante mayor que la de los integrantes de los emprendimientos populares.

6. El Piquete

Además, como herramienta de lucha, como fenoestructura, las organizaciones
piqueteras disponen, precisamente, del piquete. El corte de rutas, como una obstrucción
de arterias al corazón del sistema capitalista de circulación de mercancías, pretende el
desvío de recursos para romper con la minimización de costos en la asistencia social que
brinda el Estado. Se pretende apropiarse de recursos públicos que, por vías de
asignación nada democráticas, han sido destinados a otros fines. Después de todo, la
asignación de recursos a través del mercado, donde reinan los criterios de eficiencia y la
racionalidad económica, y en donde tiene mayor poder de decisión quién más dinero
posee, no encuentra sustento teórico en la democracia, entendida en su concepción
teórica más simple del gobierno de todo un pueblo y para sí mismo. Puede maquillarse de
libertades de trabajar y explotar, de propiedad privada, pero no logra ocultar su supuesto
más importante: la desigualdad como prerrequisito a la hora de asentar un sistema social
en donde deben existir perdedores y explotados para que existan ganadores.
Asimilemos al Mercado como un sistema de votaciones, en donde los actores sociales
votan por las cantidades de bienes a producir, lo que determina la asignación de los
recursos. Hasta aquí, el inocente rol mercantil democrático del mercado es el de los libros
de texto. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, en éste sistema, acumula más
votos quien más poder económico posee (C. Matus, 1994), pero; ¿De donde provienen
los votos acumulados?. Pues provienen precisamente de actores sociales excluidos de la
toma de decisiones en la asignación de los recursos, razón por la cuál éstos últimos
desconocen las reglas del sistema que los ha dejado fuera de la votación.
Son éstas últimas, de hecho, las genoestructuras que pretende superar toda
organización social que esté integrada por excluidos y disconformes.
Sin embargo, la consideración del corte de ruta como método de obtención de
recursos públicos que, de otra manera, serían destinados a fines alternativos, nos
evidencia un cambio de estrategia en el accionar del movimiento piquetero en su
búsqueda de cambio. Estamos ahora en presencia de una confrontación directa de las
–reglas sociales, es decir, dentro del cuarto tipo de estrategia descripto al final del tercer
apartado.
Hemos establecido, entonces, que las organizaciones piqueteras actúan dentro de las
reglas sociales vigentes (el tercer tipo de estrategia) cuando asignan los recursos que
poseen a la creación de emprendimientos productivos. Pero en la obtención de un mayor
volumen de recursos públicos por medio del piquete ubican su estrategia en directa
confrontación con las “reglas de juego” vigentes. No se trata, ahora, de fortalecer
fenoestructuras para lograr un cambio en las genoestructuras vigentes, sino directamente
del desconocimiento de éstas últimas.

7. Cuestionamiento a la dependencia del Estado

Un tema central en el análisis del movimiento piquetero es la diversidad de opiniones
científicas en cuanto su relación con el Estado. En su revisión de la literatura referente
éste asunto, Hopp (2007) dá exactamente en el punto que aquí se desea destacar:
“...En Cuanto a la relación entre piqueteros, Estado y planes sociales, entiendo que lo
que se encuentra en el centro de la discusión es el tema de qué formas de organización
estaría promoviendo este plan, en función del papel que cumplen las organizaciones de
desocupados. Algunos estudios idealizan estas experiencias y plantean la horizontalidad y
autonomía del movimiento y otros denuncian el clientelismo, la dependencia del Estado,
la cooptación o el asistencialismo que se da a partir de los mismos.
La relación de intercambio de favores es una práctica extendida, aprendida, y
reproducida por los distintos sectores de la sociedad, por eso la descentralización de la
administración de los planes para promover la participación no modificó esa pauta, sino
que la trasladó, ya que evitar el clientelismo no tiene que ver con el deseo de modificar la
implementación de las políticas, sino con la historia de conformación de un sistema de
relaciones sociales.
El plan es un bien valorado que puede correr peligro y debe ser protegido. Los
piqueteros son vividos para muchos como los que anotan en el plan, los que dan...”8
Lo primero que debemos notar, en línea con lo citado arriba, es que en movimiento
piquetero se encuentra fracturado, y podemos distinguir dos grandes núcleos políticos y
sociales opuestos que reciben comúnmente la misma denominación. Tenemos, por un
lado, movimientos prácticamente incondicionales a un gobierno que entienden populista, y
por otro lado organizaciones menos proclives a someterse a la lógica estatal, y que aún
persiguen una revolución en las genoestructuras. La polarización existente entre cada una
de las corrientes piqueteras puede estar explicando la confusión que se observa cuando
se trata de analizar éste movimiento basándose sólo en sus prácticas de protesta y
demostraciones de poder, que son iguales para todos los casos.
Tenemos, entonces, movimientos antagónicos, uno de los cuales puede ser
idealizado por su “horizontalidad y autonomía”, y otro denunciado por “clientelismo,
dependencia del Estado y cooptación”. En ésta sección ignoraremos de plano a los
movimientos funcionales al Estado, entendiendo que las críticas (lanzadas o recogidas)
por Hopp son enteramente aplicables a ellos, y nos centraremos en aquellos que buscan
construir un cambio social (en los cuáles más de un año de experiencia de trabajo en
conjunto le indican al autor de éste trabajo que la horizontalidad y autonomía son una
realidad más que una idealización).
Esta misma polarización dentro del movimiento piquetero nos indica, también, que
un mismo plan de asistencia social no promueve un tipo de organización social. Estas se
originan, con independencia de las políticas asistenciales, en el rol que cada una juega
en la estructura productiva de la sociedad, y su actitud con respecto a la conservación o
modificación de dichas estructuras, lo cuál sitúa el centro de la discusión en un lugar que
no es el sugerido por Hopp. En términos crudos, podemos distinguir una corriente
piquetera que se nutre de los planes sociales para garantizar su sobrevivencia apoyando
a cambio la manutención de las estructuras productivas de la sociedad, y otra corriente
que utiliza los mismos planes para financiar parte del proceso de concientización en sus
miembros de la potencialidad del éxito en el logro del cambio social. En éste sentido, el
plan social no es más que la moneda con que el Estado intenta comprar tiempo ante la
inminencia en la modificación de las genoestructuras. Unas organizaciones piqueteras la
utilizan como medio de pago, mientras que otras la usan como herramienta de lucha.
Podríamos decir que si bien, en palabras de Grassi (2003): “El Estado expresa y produce un
orden cuando se activan políticas dirigidas a consolidar un proyecto hegemónico...”9., no puede
evitar que esas mismas políticas sean utilizadas por aquellos que siguen un proyecto
contra hegemónico.
Pero a los fines de explicar esto, necesitaremos desarrollar con algún grado de
detalle las nociones de Estado que vamos a utilizar. A tales fines, y siguiendo a Grassi
(2003):
–La noción de Estado Moderno constituye a éste en el referente del status de ciudadanía
que corresponde al individuo y lo erige en el sujeto de los derechos y los deberes que el
mismo entraña; y cuya libertad frente a determinaciones de cualquier carácter deberá
garantizar éste Estado... El Estado Moderno supone un principio de igualdad de
ciudadanos libres, partícipes de una comunidad política (la Nación)...
A la vez, la definición de Estado Capitalista erige a éste en superestructura de
dominación de una sociedad dividida en clases irreconciliables en la medida en que el
capitalismo como modo de producción... supone... la desposesión de los productores,
libres, entonces, en los dos sentidos a los que se refiere Marx: de la dependencia servil y
de toda posesión. Ambas libertades constituyen la condición para la formación del
mercado de trabajo, en el cuál la fuerza de trabajo deviene en mercancía y se reconstruye
la dependencia, sancionada por la superestructura legal y mantenida por la fuerza
represiva del Estado.
...El Estado que conocemos sostiene —simultáneamente— la libertad y la igualdad, y la
dependencia y la desigualdad...
...la contradicción es constitutiva... al tener que hacer compatibles la igualdad formal
(N.A.: que constituye al Estado Moderno) con la desigualdad estructural que
constituye a la sociedad capitalista. Tales problemas, planteados en el seno de la
sociedad, plasman en arreglos transitorios y en formas de Estado, según sean las
condiciones de la lucha social.”10

7.1. Una Perspectiva desde la Historia.

Si adoptamos una perspectiva histórica, podemos afirmar que los Gobiernos
denominados Populistas de mitad del siglo pasado, llamados a reivindicar a la clase
trabajadora, fueron la expresión de un último intento del capital nacional por mantener su
posición de dominancia social ante el vendaval de reclamos de una clase trabajadora
cada vez más numerosa y organizada, que amenazaba con tomar el poder y poner fin a
las prácticas de acumulación que regían hasta entonces (en la Argentina, con fuerza
desde la década de 1920). Como último recurso ante la inminencia de una revolución en
las genoestructuras y de la pérdida completa de poder económico y político, los
industriales cedieron parte del poder a la clase trabajadora, pero se cuidaron de ponerlo
en manos correctas a los fines de resguardar sus prácticas de acumulación.
El Estado Populista, todavía en manos del capital nacional, pero con sus nuevas
normas y leyes, algunas de carácter constitucional, no vino sino a legitimar éste soborno
con que se pretendía contener el descontento popular. De ésta manera, mediante una
reforma en las genoestructuras consensuada entre las clases dominantes se garantizaba
la sobrevivencia de la superestructura que hemos llamado “Estado Capitalista” por encima
del “Estado Moderno” (ahora Populista). En otros términos, se modificaban las formas del
Estado hacia el llamado Estado Populista, pero sin afectar el sistema de acumulación de
capital vigente. Se lograba, de ésta manera, conservar la fórmula que había permitido a
los industriales comenzar a enriquecerse, y a su vez se abría a los mismos todo un nuevo
mundo de posibilidades políticas y económicas. Es decir, se reformaban las
genoestructuras con miras a prevenir su pronta revolución por parte de las masas
obreras. En palabras de Larraín Mira (2005):
“En el período del ascenso y auge del populismo, la burguesía industrial asumió el liderazgo
ostentoso de las luchas reivindicativas y reformistas de la clase obrera y otros grupos populares.
...La unión táctica de grupos de intelectuales, clases populares, y sectores de la burguesía y de las
fuerzas armadas se consolidó con el fin de acelerar las rupturas estructurales que habían debilitado a la oligarquía y al imperialismo.
Dentro de este "pacto" es necesario diferenciar dos tipos de populismo: Uno, el de las altas esferas (gobernantes, políticos, burgueses, profesionales, políticos, demagogos), que utilizaron
tácticamente a las masas trabajadoras y a los sectores más pobres de la clase media. Dos, el
populismo de las masas (trabajadores, migrantes rurales, baja clase media, estudiantes radicales,
intelectuales de izquierda). En situaciones normales, perecía existir una armonía total entre estos
dos populismos. Sin embargo, en los momentos críticos, cuando las contradicciones políticas y
económicas se agudizaban, el populismo de las masas tendía a asumir formas revolucionarias. En
estas situaciones ocurre la metamorfosis de los movimientos de masas en lucha de clases. Por su
parte, el populismo de las altas esferas abandonó a su suerte a las masas, no sin antes impedir que den el paso decisivo en las luchas políticas.” 11
Idéntica conclusión podríamos obtener de examinar el nacimiento de los Estados
Democráticos a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX (Véase Wallerstein 2002,
Cáp.6). Ante la convulsión social, las aristocracias europeas acordaron ceder parte de sus
derechos para el disfrute popular. Pero claro, en ese entonces al igual que hoy en día, el
reconocimiento de un derecho no implica su pleno ejercicio. De hecho, hace décadas que
tenemos reconocido en pié de igualdad el derecho a la propiedad y al gobierno
democrático, pero ese reconocimiento nunca implicó el ejercicio de algún tipo de gobierno
de masas populares, y la propiedad continúa estando vedada a la mayoría de nuestras
poblaciones.
La idea de que los gobiernos Populistas Latinoamericanos vinieron a rubricar un pacto entre las oligarquías y las burguesías nacionales, ante la inminencia de revolución obrera, fue también desarrolla por Antonio Cruz (Universidade Estadual de Campinas) en su exposición en el “Seminario sobre Cooperativas de Trabajo y Emprendimientos Asociativos”. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba (mayo de 2007).
–Resumiendo, entonces, hemos revisado distintas críticas al sometimiento de la clase
trabajadora ante los Estados populistas, argumentando que éste socavaba el triunfo
completo del Pueblo sobre las clases dominantes. Iguales críticas se han levantado ante
el nacimiento de las Democracias que creyeron acabar con la aristocracia con sólo cortar
la cabeza de algún rey, dejando intactas las prácticas de acumulación propias de ésta
clase e incluso institucionalizándolas en el derecho a la propiedad, a cambio de la
formalidad de que dicho derecho sea reconocido para todos los habitantes (aunque, como
dijimos, nunca fuese ejercido por éstos). Todas éstas críticas tienen sus puntos fuertes,
pero su validez no implica el desconocimiento de que los procesos históricos
mencionados significan un cambio en las reglas del juego que fue logrado gracias a la
acumulación de poder político, es decir un fortalecimiento de sus fenoestructuras, por
parte de los sectores populares, y en sentido conciliador, representan el triunfo incompleto
de éstos últimos ante los actores sociales dominantes.
Podríamos decir que las reglas del juego, en los dos casos analizados, ya habían
cambiado con anterioridad a su reconocimiento institucional, y de hecho no sería
demasiado arriesgado suponer que las reglas cambian cada vez que las masas populares
alcanzan un punto crítico de organización a partir del cuál la revolución de las
genoestructuras es inevitable. El reconocimiento institucional es sólo la garantía que piden
las viejas instituciones para conservar su vida luego de la capitulación, que viene
generalmente bajo la etiqueta de “reforma”.

7.2. El Asistencialismo como Contradicción.

De igual manera que en los dos casos analizados desde una perspectiva histórica,
vemos hoy críticas a la dependencia de las organizaciones sociales de desocupados del
Asistencialismo Estatal. Al inicio de ésta sección se dejaron sin efecto las críticas que
apuntan a supuestas prácticas clientelares de éste tipo de movimientos populares,
estableciendo las diferencias entre dos corrientes, que por sus demostraciones de poder
pueden ser consideradas similares, pero son diametralmente opuestas en sus acciones y
en su concepción ideológica. Se argumenta, también, que sin fondos públicos las
organizaciones de desocupados están condenadas a desaparecer, lo cual puede ser
válido para la corriente piquetera que apoya al Estado manejado por un gobierno con
sesgo populista. Pero en lo referente al movimiento piquetero que persiste en su
–búsqueda del cambio social, debemos plantear la situación de manera inversa. Es la
existencia del Estado la que depende del asistencialismo. El Estado neoliberal y sus
políticas socioeconómicas permitieron la acumulación de fuerza de las organizaciones de
desocupados, que no son más que la parte organizada de una multitud de personas que
conviven con la insatisfacción ante las reglas del juego vigentes y que amenaza con poner
fin a las instituciones que permiten y legalizan su expulsión del sistema. Mediante la
entrega de dinero el Estado pretendió, y pretende, mantener la situación bajo un
espejismo de control. Claro que la superestructura que al inicio de ésta sección llamamos
“Estado Capitalista” continúa expulsando personas a la insatisfacción, el hambre y la
miseria, y el esfuerzo económico que le implica éste soborno para la subsistencia de las
genoestructuras vigentes no parará de crecer hasta el colapso del mismo. Hoy, como
ayer, podríamos decir que las reglas del juego están mutando, y los sectores populares
deberán estar atentos a las garantías que exija el Estado Capitalista para asegurar su
sobrevivencia.

8. Conclusiones.

Hemos analizado brevemente algunos aspectos centrales que hacen al accionar
político y social del movimiento piquetero, los emprendimientos productivos populares
como toma de conciencia de la posibilidad de lograr el cambio social, las actividades de
autoconsumo, el corte de rutas como estrategia para la obtención de mayores recursos
públicos y la utilización de fondos estatales para financiar actividades que pretenden
alterar al mismo Estado.
Cada uno de los aspectos discutidos se ha categorizado dentro de un sencillo marco
teórico, que arroja luz a estrategias sociales que, de ser analizadas bajo el dogma de la
racionalidad económica, serían tildados de irracionales.
En el cuarto apartado planteamos la permanencia de la explotación en la producción
solidaria de bienes cuando éstos compiten a precios fijados por sistemas productivos
totalmente opuestos, y nos preguntamos si el esfuerzo “fracasaba al asegurar al actor la
apropiación total del valor creado por éste” y si “ello nos indicaba que deberían
abandonarse éstos esfuerzos en tanto no se logre previamente el cambio social buscado”.
Encontramos que el objetivo inmediato era el de ganar experiencia de lucha, a pesar del
fracaso económico. Claro que el objetivo principal continuará siendo la apropiación del
–trabajador del total de la producción, pero el camino elegido es el de producir la
experiencia para fortalecer las fenoestructuras. Una vez maduras éstas, se verán
satisfechas las condiciones para intentar cumplir el objetivo central, revolucionando las
genoestructuras. Desde éste punto de vista, el fracaso económico de los
emprendimientos productivos populares no es condición para detener su realización, es
sólo una “regla de juego” a ser revolucionada, y los emprendimientos mismos son una
herramienta de lucha esencial que permite generar las condiciones para revolucionarla.
La sola existencia de emprendimientos solidarios tiene una importancia central en
tiempos de dictadura del capital económico y la racionalidad única. El fracaso económico
y la persistencia en el “negocio” desorienta a la racionalidad económica. Es que
precisamente hay otras racionalidades en juego. Es un recordatorio de que los excluidos
del mundo progresivamente se organizan, y organizan un nuevo mundo. Comprenden que
el sistema social vigente los ha excluido por necesidad, y no por accidente. Y de esa
comprensión parten en su búsqueda de un auténtico cambio social, en donde las
genoestructuras a alcanzar no se limiten a desear todo lo que hoy les está prohibido, sino
a lograr una profunda revisión de la forma en que hoy nos desenvolvemos en sociedad, y
a frenar ésta cacería humana que precisa de una multitud de perdedores para consolidar
sólo unos pocos ganadores.
Además, se ha refutado el argumento de que el movimiento de desocupados avocado
al logro del cambio social debe su existencia al asistencialismo estatal. Se ha intentado
dejar claro que las organizaciones piqueteras no sólo exigen legítimamente del Estado
que los ha expulsado de la estructura productiva sumas de dinero crecientes para
financiar la concientización de sus miembros en su propia capacidad para lograr el cambio
social, sino que el Estado mismo propone e impulsa una política social asistencialista
buscando evitar su colapso. Pero el esfuerzo económico que éstos planes representan lo
debilitan y agudizan las condiciones para el éxito en la consecución del cambio social.

1 Parte del presente trabajo fue presentada en las XV Jornadas de Jóvenes Investigadores de la AUGM, en la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay) en Octubre de 2007, bajo el título “Las Estrategias Políticas de las Organizaciones Populares en Búsqueda del Cambio Social”.
2 Tengamos en mente que la mayoría de los integrantes de éste movimiento tienen una ocupación principal
precarizada y mal paga. En éstos tiempos de burbuja inmobiliaria la mayoría de ellos son albañiles, pero si se
volviese rentable sembrar clavos, serían ellos quienes los cosecharían a mal sueldo y peores condiciones
laborales.
3 ¡Gracias Cecilia y Oscar!.
4 F. Engels, “Carlos Marx. Contribución a la Crítica de la Economía Política” (1859). Tomado de
K. Marx, F. Engels: “Obras Escogidas”, Tomo 1, pp. 523. Editorial Progreso (1981).
5 Esto no quiere decir que se deje de buscar permanentemente emprendimientos para desarrollar, sólo que las condiciones necesarias para su desarrollo yacen fuera del movimiento y dependen generalmente de circunstancias particulares o de actores externos.
6 Coraggio, José Luis: “Bases Para Una Nueva Generación de Políticas Socioeconómicas: La Economía del Trabajo o Economía Popular”. Coraggio Economía (1998).
7 Aquellos que se encuentran desocupados, parcialmente ocupados, o no tienen acceso al mercado de trabajo.
8 Hopp, Malena: "Reflexiones en torno a las investigaciones acerca del movimiento de trabajadores desocupados y la protesta social" (2007)
9 E. Grassi: “Políticas y Problemas Sociales en la Sociedad Neoliberal. La otra Década Infame”. Cap. 1, pp.14. Editorial Espacio (2003).
10 Ídem anterior.
11 Paz Larraín Mira: “El Populismo en América Latina”. Compendio de Artículos del Seminario: "El siglo XX y los desafíos del Siglo XXI", pp. 225-254. Editorial Universidad Gabriela Mistral (2005).


9. Bibliografía.

Coraggio, José Luis: “Bases Para Una Nueva Generación de Políticas
Socioeconómicas: La Economía del Trabajo o Economía Popular”. Coraggio Economía
(1998).
Coraggio, José Luis: “Sobrevivencia y Otras Estrategias en LAC: La Perspectiva
Desde lo Local”. Coraggio Economía (2003).
Coraggio, José Luis: “Contextualizar y Problematizar las Experiencias de Desarrollo
Local y Economía Social”. Coraggio Economía (2004).
Coraggio, José Luis: “Sobre la Sostenibilidad de los Emprendimientos Mercantiles de
la Economía Social y Solidaria”. Coraggio Economía (2005).
Grassi, Estela: “Políticas y Problemas Sociales en la Sociedad Neoliberal; La Otra
Década Infame”. Editorial Espacio (2003).
Hopp, Malena: "Reflexiones en torno a las investigaciones acerca del movimiento de
trabajadores desocupados y la protesta social". En “Conflictos y Desafíos
Transdisciplinarios en América Latina y el Caribe”. Facultad de Ciencias Sociales. UBA
(2007)
Larraín Mira, Paz: “El Populismo en América Latina”. Compendio de Artículos del
Seminario: "El siglo XX y los desafíos del Siglo XXI”. Editorial Universidad Gabriela Mistral
(2005).
Matus, Carlos: “Adiós Señor Presidente”. Fondo Editorial ALTADIR (1994).
Martins Da Cruz, Antônio Carlos: “A Diferença da Igualdade: A Dinâmica da Economia
Solidaria em Quatro Cidades do Mercosul”. Tesis presentada en el Programa de
Postgrado en Economía, del Instituto de Economía de la Universidade Estadual de
Campinas (2006).
Marx, Karl: “El Capital, Tomo I, Volumen 1”. Siglo XXI (1998).
Marx, Karl: “Contribución a la Crítica de la Economía Política”. Siglo XXI (2000).
MTR–: “Documentos Nacionales”. Plenario Nacional (2006).
Wallerstein, Immanuel: “El Capitalismo Histórico”. Siglo XXI (1988).
Wallerstein, Immanuel: “Impensar las Ciencias Sociales. Límites de los Paradigmas
Decimonónicos”. Siglo XXI (1998).
Wallerstein, Immanuel: “Conocer el Mundo, Saber el Mundo: El Fin de lo Aprendido”.
Siglo XXI (2002).

LIBERTAD A KARINA GERMANO LOPEZ "LA GALLE"!!!

LIBERTAD A KARINA GERMANO LOPEZ "LA GALLE"!!!
LIBRES O MUERTOS, JAMAS ESCLAVOS!!!

LIBERTAD, LIBERTAD!!! A LOS PRESOS POR LUCHAR!!!

LIBERTAD, LIBERTAD!!! A LOS PRESOS POR LUCHAR!!!
y a tod@s los pres@s politic@s, y desprocesamiento a l@s luchador@s populares, YA !!!