viernes, 13 noviembre, 2009
Desde el Sindicato APU, que organiza a los trabajadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata, hacemos público nuestro más enérgico repudio hacia la extorsión que el gobierno municipal representado por Gustavo Pulti, quiere imponer a las organizaciones sociales en cuanto a impedir su derecho a la protesta.
Resulta inadmisible que como condición para poder trabajar, se les quiera hacer firmar un contrato que atenta contra las mínimas libertades democráticas. Los responsables políticos que convirtieron a Mar del Plata en la capital de la desocupación, ahora demonizan a sus víctimas y claramente se proponen quitarles la única herramienta efectiva que las llevó a poder conquistar algunas de sus reivindicaciones: su capacidad de lucha y organización. Pensamos además, que el objetivo es lograr un disciplinamiento de los sectores populares para contener la protesta social, dejando en manos de los punteros y amigos, el manejo de los miserables programas sociales.
Asimismo, denunciamos que no se trata de una política aislada, sino que se enmarca en la misma lógica de ataque que el gobierno nacional y la burocracia cegetista, descargan sobre un nuevo movimiento obrero que sale a luchar por fuera de las traidoras estructuras sindicales, como son los recientes casos de los conflictos en Kraft-Terrabusi y de los trabajadores del subte, entre muchos otros.
A través del señalamiento y la represión, la clase política dirigente intenta deslegitimar los justos reclamos de los trabajadores y desconocer su derecho a organizarse libremente y elegir sus propios métodos de lucha.
Por todos estos motivos, nos solidarizamos con los compañeros agrupados en las cooperativas de trabajo y exigimos el retiro inmediato de todo condicionamiento que atente contra su libre organización.
Comisión Directiva de APU.
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